sábado, 10 de octubre de 2009

Desfiladero de las Xanas - 28 de Agosto de 2009.



El día 28 de Agosto de 2009 Elena, Jorge y Yo hicimos la ruta de este desfiladero, quedándonos maravillados de lo que fuimos descubriendo en su corto, pero impresionante trazado.


Este desfiladero está considerado como el hermano pequeño del Cares, y para muchos aficionados al senderismo es un recorrido incluso más bello. esto puede ser debido a que se encuentra muy alejado de la masificación del primero, y además posee una variedad de ecosistemas mas ricos.


El desfiladero propiamente dicho constituye una angostura de dos kilómetros de longitud, con espectaculares desplomes verticales de casi quinientos metros. esta obra de la naturaleza, es el resultado de la paciente excavación de la montaña por el río Viescas en su descenso para juntarse con el Trubia.


El nombre de la Xana con que se conoce a este desfiladero hace honor a la mitología. Ya que la Xana es el hada Asturiana por excelencia. Este ser desde siempre ha vivido en las cuevas de los ríos y en las fuentes, por este motivo este personaje no podía tener mejor personificación que en una ruta como esta. En la cual el agua es dueña y señora de la naturaleza. Por esta razón quisiera reflejar aquí una historia que leí hace algún tiempo, cuando por primera vez escuche el nombre del desfiladero, y la curiosidad me llevo a indagar en el tema. Dicha historia cuenta lo siguiente:




Cuenta la historia, que en una ocasión una persona se paró a preguntar a un viejo minero por el desfiladero. Este le respondió que él había nacido en un pueblo llamado Proaza muy cercano al mismo desfiladero de las Xanas. A la vez que decia esto el visitante podía observar en su mirada un temor que afloraba en sus ojos.




- Las Xanas no son de este mundo. Existen desde los inicios de los tiempos. Su hermosura eclipsa a la Luna y son seres tan hermosos que quienes los ven se ven obligados a seguir sus pasos.




Y el viejo minero le siguio hablando de aquellas criaturas, cuyos cabellos eran hebras de oro, y que las gustaba bañarse desnudas en arroyos y manantiales, y que bajaban furtivas en la noche para robarles loss hijos a los campesinos.




- ¡Nunca escuchen, ni miren a los ojos de una Xana! Me advirtió. Pues no podrán contárselo a sus nietos. Solo si son capaces de leer en el corazón de ellas les perdonarán la vida. Pues no hay peor agonía que la que ellas sufren. Amar por los siglos de los siglos y recibir temor eternamente.




Lo que acontinuación le voy a contar sigue así:




- Era la noche de San Juan, una noche mágica. Había hogueras por doquier, para celebrar con júbilo el solsticio de verano. Como era costumbre las mozas casaderas, prendían en sus balcones el ramo de laurel, como señuelo para sus enamorados. Mientras los mozos, saltaban los últimos rescoldos emitiendo gritos salvajes.




Mi madre, estaba muy nerviosa y parecía que había llorado. Le pregunté qué sucedía:




- ¡Es Telva! Sollozó abrazándose a mi cuello. Xuanón, el lechero, dice haberla visto en el desfiladero, bañandose en el arroyo. Pero ella aún no ha venido y ya es muy tarde. ¡Por Dios bendito! ¡Tienes que ir a buscarla!




Sin perder tiempo, salí de casa con uno de los quinqués y comencé a subir la cuesta. La sombra del molino se izaba como oscuro fantasma, aunque no podía ver el agua, sentía su sonido, la noche olía a flores y yo no dejaba de sentir escalofríos.




Pensaba en la niña, tan perdida y tan sola. Visualizaba todos los peligros que podrían acecharla. ¿Y si la atacaba un oso? ¿ Y si resbalaba y caía a un precipicio?




Avancé con mi ridículo candil, cerciorándome de que el suelo que pisaba era seguro, no fuera que mis húmedas botas resbalaran con algún canto del camino.




A mi paso el lobo aullaba, la coruxa cantaba y reían los manantiales. Y hasta su cristalino sonido se me antojaba una plegaria.




- ¡Vuelve a casa Xuacu! ¡No te adentres!




Llamé a Telva deseperadamente, pero no obtuve más respuesta que el propio eco que me devolvía las sombras.




Entonces las vi a las dos en un claro del bosque.




La pálida luz las iluminaba. Mi hermana, estaba sentada con la Xana, mientras ella jugueteaba con sus cabellos, susurrando cosas en su oído, ningún atisbo de miedo, sólo risas.




Un crujido de ramas, hizo que ellas se volvieran a mirarme con curiosidad.




- ¡Has venido! Dijo la Xana. ¡Bañate conmigo, esta agua dará a tu cuerpo frescura!




Intenté evadir aquellos ojos verdes por los que hubiera dado la vida.




- ¡Suéltala! Grite. ¡Llévame a mí pero a ella no la toques!




La risa de la Xana se elevó por las montañas.




- Me gusta el cambio. Sonrió haciéndome sentir infinitamente pequeño. Eres joven y hermoso como el resto de los muchachos. Yo no quería que cayesen al río. ¡Nunca lo quiero! Pero ellos vienen a mí y cuando yo les abrazo, noto su miedo, y entonces ellos resbalan y ya sabes lo que pasa. Pero: ¿Estás llorando?




Me acerque a ella y me senté a su lado, tomé en mis manos, las suyas tan blancas y etéreas, le acaricié el cabello con ternura y deposité finalmente en sus labios el beso de la muerte.




- Ya no tendrás que llevarte a más chicos. Susurré en su oído. Deja libre a Telva y yo me quedaré contigo para siempre y te querré como ningún mortal pudo nunca hacerlo.




Ella entonces lloró también, nunca había visto llorar a una Xana pues se decía de ellas que tenían el corazón seco e insensible.




- ¡Vete! Grito de pronto: ¡Déjame sola! ¡Y no vuelvas nunca! Y añadió. ¡Si te quedases aquí tendría que volver a hacerlo y no quiero! ¡Coge a la niña y vete antes que cambie de idea!




Eché a correr, me sentía tan mareado que tuve nauseas y por un momento pensé que moriría. Pero a la mañana siguiente, me desperté como de un mal sueño y un pastor nos encontró y nos llevó a casa.




- Mi hermana Telva, ya tiene nietos, y yo señor, estoy esperando que llegue mi hora. Cuando eso suceda, cerraré los ojos y soñaré, que estoy allá arriba con ella, en las montañas. Sé que soy muy viejo ya y que ella sin embargo será eternamente joven, pero tengo la esperanza de que me recuerde y continúe esperándome para acabar lo que entonces no hizo.




Pero mitología aparte la senda de este desfiladero, fue construida en los años cincuenta tallándola en la roca. esta obra se realizo con la intención de comunicar a unos pueblos que pertenecían a tres concejos: Santo Adriano, Quiros y Proza, aunque casi en su totalidad se encuentra en el Concejo de Santo Adriano. Pero las obras nunca llegaron a finalizarse.
















Jorge y Elena en el inicio de la ruta.
















Jorge y Yo ante la entrada de uno de los

túneles del sendero.















Villanueva vista desde el desfiladero.















Caminando por el angosto pasillo.















Otra instantánea de la senda.















Madre e hijo posando sobre el abismo.















Perspectiva del discurrir del sendero, en

algunos puntos está dotada con cuerdas

amarradas a las paredes.















Panorámica del desfiladero.















Otra vista del desfiladero.




















Elena y Yo.




















Las paredes verticales se hunden

buscando el cauce.















Elena y Jorge penetrando en el bosque

mágico de las Xanas.















Salida del desfiladero en dirección a

Pedroveya.















Panorámica.















Jorge y Elena ascendiendo a la ermita.















Sentados bajo el viejo tejo.















Horreo en el pueblo de Pedroveya.















Lo antiguo no debe de estar reñido con lo

moderno, y donde antaño aparcaban carros

ahora aparcan coches.







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