jueves, 26 de mayo de 2011

Y Elena subio a la Ceja - 22-5-2011

Comenzamos la subida desde la plataforma
del Travieso, donde aún se aprecian los coches.




El pasado día 22 de mayo de 2.011, como era día de votaciones. Decidimos irnos a la sierra, para "meditar a quién votar". Decidimos subir desde la plataforma del Travieso a la Ceja, donde reflexionaríamos a cual o cuales candidatos votar, aunque una vez arriba y viendo la hermosura de vistas que podemos alcanzar a ver desde ese punto, por lo menos por mi parte quedo olvidado en el tiempo que estuvimos en la montaña el sin fin de discursos, mítines e imágenes, con que los medios de comunicación nos estuvieron agasajando durante el periodo electoral. Como digo: una vez puesto en marcha y, rodeado de la agreste naturaleza que nos envolvía, desaparecieron mis dudas sobre a quién si o a quién no votar. En esos momentos que pase en la sierra, me olvide de los unos y de los otros. Pero como todo lo bueno se acaba, como buen ciudadano, por la tarde acudí a cumplir con mi obligación de depositar mi boto.

Al discurrir el itinerario de esta ruta por la Sierra de Béjar, y llegar al Canchal de la Ceja cumbre de Salamanca, hoy les voy a contar una leyenda de la ciudad de Béjar, cuyos hechos ocurrieron allá por la Edad Media, cuando Béjar estaba ocupada por los árabes. Dicha leyenda cuenta lo siguiente:

Los Hombres de Musgo

Cuenta la leyenda que el día de Santa Marina, virgen que vivió disfrazada, los bejaranos que estaban escondidos en El Castañar se reunieron en la finca conocida como Centena para celebrar una misa, tras la cual, y quizás inspirados en la santa, recubrieron sus ropas con el musgo que crecía  en las rocas del lugar y, al amanecer, se dirigieron hasta la fortaleza musulmana parapetados tras su camuflaje. "Al venir el día, los centinelas abrieron la puerta de las murallas por donde entraron los cristianos. Los moros creyeron que eran alimañas o monstruos y salieron corriendo. Al darse cuenta que no lo eran, gritaron ¡traición, traición!, segun cuenta la tradición oral bejarana, recogida con posterioridad por los historiadores municipales. Desde ese día, la puerta por la cual se introdujeron los cristianos y reconquistaron Béjar se le dio el nombre de Puerta de la Traición. Dicha leyenda data de mediados del siglo XII y ha sido transmitida de padres a hijos hasta nuestros días. Y para atestiguar esto, existe un monumento en Béjar dedicado al Hombre de Musgo, con una leyenda que dice así: "En la Edad Media, cuando los árabes eran dueños de la ciudad de Béjar (España), los cristianos pusieron sitio y consiguieron entrar recubiertos de musgo y avanzando poco a poco de manera que podían confundirse con arbustos".

Y ahora como siempre; paso a exponer las fotografías que tome a lo largo del recorrido. En esta ocasión las fotografías no tienen la resolución que me hubiera gustado, pero es que fueron tomadas con un teléfono movil ya que la cámara me la olvide en casa.

Presa de Navamuño.

Panorámica de piornos, el camino discurre
entre ellos.

Moncho e Isabel.

Panorámica.

En esta podemos apreciar el pueblo de Candelario
en primer término, y detras de este la 
ciudad de Béjar. 

Bebiendo un poco de agua.

Presa de Navamuño.

Al fondo los Hermanitos de Hoyamoro.

Aún se pisa nieve.

Jorge.

La Ceja, nuestro objetivo.

Una a contra luz. De fondo tenemos la Covacha.

Laguna del Trampal.

Otra de la Ceja.

Madre e hijo.

Otra de la laguna del Trampal.

Cuerda de la Ceja, vista desde su cima.

La Ceja con su cohete.

Padre, madre e hijo.

Elena observando el circo de la Ceja, el cual
se abría a sus pies.

Panorámica de este.

Algunas tenían frio.

Panorámica de la vertiente del Arroyo Malillo.

Este amigo, que subió en calzonas y dejo los
pantalones en el coche, pasó algo de frio
en la cima de la Ceja.

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